El pollito Pichu.
Érase
una vez un pollito marrón en un mundo de pollitos amarillos. Este
pollito llamado Pichi nunca salía de casa porque se llevaba muy bien
con su madre y siempre estaba con ella, además de que ella siempre
le quería proteger mucho. Juntos solían jugar en casa pero siempre
eran juegos muy sencillos que no pudiesen dañar a Pichi. Éste
empezó sus estudios en casa porque su madre no quería llevarle al
colegio por si los demás pollitos se reían de él, pero tarde o
temprano tenía que ir al colegio. Cuando Pichi empezó el colegio,
no hablaba con ningún pollito y pronto empezaron a meterse con él.
Un buen día, un pollito muy amable, Guessu, con el que también se
metían, se acercó a Pichi y empezaron a llevarse muy bien. Pichi y
Guessu se hicieron muy buenos amigos, siempre iban juntos a todos
sitios y no les hacía falta nadie más, pero había un pollito que
se llamaba Chespo, el cual tenía muchos amigos y era el más
amarillo. Se metía con Pichi por ser marrón delante la preciosa
Natalie para intentar impresionarla, pero aunque Pichi no lo sabía,
Natalie estaba enamorada de él. Pichi se cansó de que se riese de
él y empezó a cambiar y a responder mal a Chespo, consiguiendo que
los amigos de Chespo se riese con él. Para Pichi el pensar que tenía
mucho amigos le resultó muy satisfactorio y siguió metiéndose con
la gente llegando incluso a meterse con su buen amigo Guessu. También
empezó a tener problemas con su madre y a sacar malas notas. Un día
Pichi tuvo un gran problema en el que le metieron sus nuevos amigos y
éstos no le ayudaron en absoluto. Como Pichi se volvió con Chespo,
a Natalie le dejó de gustar. Por intentar parecerse a Chespo, Pichi
se quedó sin amigos, sin Natalie, sus profesores le propusieron a su
madre que repitiese curso debido a sus malas notas y encima perdió
esa gran amistad que tenía con su madre. Pichi se dio cuenta de su
error y volvió a llevarse bien con su madre y a estudiar para así
poder sacar buenas notas. Además también le pidió perdón a
Guessu, el cuál le perdonó volviendo a ser buenos amigos. Natalie
se dio cuenta del cambio de Pichi y un buen día delante de todo el
colegio, ella confesó que estaba enamorada de Pichi y que lo que le
hacía especial era el ser diferente a los demás pollitos amarillos.
Muchos pollitos intentaron hacerse amigos de Pichi sólo por lo que
dijo Natalie, pero Pichi aprendió y decidió quedarse con su buen
amigo Guessu. Poco a poco, Pichi fue recuperando a su madre, a su
amigo, sus buenas notas y consiguió a Natalie. Pichi aprendió que
simplemente hay que ser uno mismo para conseguir lo que se quiere y
que ser diferente a los demás no es malo, es lo que nos caracteriza
a cada uno, lo que hace que no todos seamos iguales. Pichi y Natalie
empezaron a salir y tuvieron pollitos pequeños, los cuales
conocieron al tito Guessu. Juntos, Pichi, Natalie y Guessu criaron a
los pollitos pequeños enseñándoles lo importante que es la
amistad, la educación y el ser uno mismo sin importar lo que digan
los demás.
En este cuento se ven reflejados los valores de amistad, respeto y amor.
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